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Cinco creencias erradas sobre la obesidad

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Si escuchamos la palabra pandemia, muy seguramente vendrá a nuestra mente el COVID 19 con sus millones de contagiados y muertos en todo el mundo; sin embargo, nuestro planeta está sufriendo una pandemia desde hace más de 4 décadas, a la que no le estamos prestando tanta atención, pero que está afectando y llevando a la muerte a un mayor número de personas que el mortal virus: la obesidad.

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, del año 2016, el 13% de la población mundial (cerca de 650 millones de personas) son obesas y aún más preocupante, el estudio Global Burden Desease de la revista científica The Lancet del año 2017 estimó en 4.7 millones las muertes anuales causadas por esta mortal enfermedad.

¿Cuándo una persona es obesa?

El indicador que determina si una persona sufre este padecimiento es el Indice de Masa Corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso de la persona entre su estatura al cuadrado. Dependiendo del sistema de medida, la fórmula varía; en el caso de sistemas de medida en kilos y metros se calcula dividiendo elpeso en kilogramos entre la estatura en metros al cuadrado; si son libras y pulgadas se divide el peso en libras entre la estatura en pulgadas al cuadrado y este resultado se multiplica x 703. Cuando el resultado de estos cálculos es mayor a 30 se habla de un paciente obeso.

Tristemente el problema de la obesidad no ha sido debidamente manejado y en muchas ocasiones las falsas creencias y la desinformación, alimentadas no pocas veces por la población general, algunos medios de comunicación o publicidad engañosa que ofrece dietas y curas milagrosas terminan por llenarla de mitos que distan de la realidad. Por eso hoy queremos traerte 5 creencias sobre la obesidad, que no necesariamente son ciertas.

  • La obesidad se controla con dieta y ejercicio

Si ben se ha demostrado que la forma más segura de bajar de peso es llevar una vida sana, que incluye una alimentación balanceada, acompañada de una rutina frecuente de ejercicio físico, en ocasiones, principalmente cuando la obesidad está asociada a enfermedades como diabetes, hipertensión trastornos endocrinológicos y metabólicos, entre otros, puede requerir un manejo más especializado. En estos casos, aunque el paciente establezca hábitos saludables y se logre perder peso durante algunos meses, estudios han demostrado que entre el 80% y el 95% de los pacientes vuelven a recuperar el peso perdido. En un estudio publicado por la prestigiosa revista The Lancet, se demostró que cuando se reduce la ingesta de calorías, el organismo tiende a compensar la nueva situación de “inanición”, enlenteciendo el metabolismo y en muchas ocasiones acumulando mayores reservas de grasa. En parte es la razón por la cual estas dietas no son efectivas a largo plazo y se termina ganando nuevamente peso. Cualquier dieta debe ser supervisada por un profesional, quien determinará la ingesta adecuada de calorías y el tipo de alimentación que se ajusta a cada paciente.

  • Hay que tener una buena disposición frente a la dieta para lograr mejores resultados

Si bien es cierto que los objetivos realistas en cuanto a la pérdida de peso contribuyen a disminuir la ansiedad que puede asociarse con el proceso, no se ha demostrado que una buena actitud frente a la dieta sea suficiente para tener una pérdida continua y sostenida de peso. Un estudio de la Universidad de Alabama, publicado por la revista The New England Journal of Medicine, concluyó que una positiva disposición frente a la dieta no predice el peso que se va a perder ni la adhesión a la dieta, situación que se vió tanto en pacientes que se someten a un programa de adelgazamiento como a aquellos que son tratados mediante cirugía bariátrica. Este hallazgo fue corroborado por 5 estudios que incluyeron más de 3.900 participantes.

  • La obesidad es una condición causada principalmente por una mala alimentación unida a la ausencia de ejercicio

El estudio ACTION-IO (Awareness, Care and Treatment In Obesity MaNagement – an-International Observation), en el que cerca de 2.800 profesionales de la salud evaluaron más de 14.500 personas en 11 países, concluye que la mayoría de quienes son obesos no tienen conciencia de que su condición es una enfermedad crónica que requiere tratamiento a largo plazo, respaldado con un acompañamiento continuo, idealmente por un grupo multidisciplinario de profesionales. Como la enfermedad que es, la obesidad está asociada a graves complicaciones de salud, que aumentan el riesgo de mortalidad a mediano y largo plazo. Complicaciones como la Diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, dislipidemias, trastornos de sueño, depresión y enfermedades renales se presentan frecuentemente y complican el pronóstico de quienes la padecen. No debemos olvidar que la obesidad es una patología multifactorial que involucra aspectos genéticos, psicosociales, emocionales, ambientales y económicos.

  • La actividad sexual aumenta el gasto energético y por ende ayuda a adelgazar

Hace algunos años se hizo popular una noticia que promulgaba los beneficios de la actividad sexual en la pérdida de peso; incluso algunos titulares pregonaban que “el sexo adelgaza”. Si bien los beneficios de tener relaciones sexuales son muchos, como fortalecer el corazón, mejorar la presión arterial y lo más importante, fortalecer emocionalmente a la pareja, la pérdida de peso está lejos de ser uno de ellos. Un estudio de la universidad de Montreal realizado en 21 parejas heterosexuales a quienes se les pidió que tuvieran relaciones sexuales (que en promedio tuvieron 25 minutos de duración) y realizaran 30 minutos de ejercicio en una caminadora, con el fin de comparar la pérdida de calorías en ambas actividades. Los resultados arrojaron que mientras un hombre perdía en promedio 100 calorías por sesión de sexo, lograba perder 396 calorías con el ejercicio en la caminadora. Esto demuestra que para perder peso es mejor establecer una buena rutina de ejercicio en un gimnasio o al aire libre, en vez de hacerlo en la cama.

  • La mejor dieta consiste en eliminar radicalmente grasas, carbohidratos y harinas.

Nada más alejado de la realidad; estas dietas, que son producto más de creencias populares, pueden ser más perjudiciales que benéficas y en muchos casos pueden generar como efecto de rebote una ganancia mayor de peso al abandonarlas. Las dietas deben ser establecidas y supervisadas por profesionales en nutrición o medicina, quienes determinaran qué tipo de alimentos y en que proporción deben ser restringidos o eliminados de la dieta. Recuerda que hay grasas que ejercen efectos benéficos en el organismo, como las grasas insaturadas, o que hay carbohidratos, como los provenientes de algunas frutas, legumbres y cereales, que son necesarios para un buen funcionamiento de nuestro cuerpo. No olvides que la mejor dieta es la que incluye todos los grupos de alimentos, de manera equilibrada y que provea de manera suficiente los requerimientos nutricionales de cada persona.

En conclusión, son muchos los mitos y conceptos erróneos que escuchamos a diario sobre la obesidad y su manejo; por eso es muy importante que acudas a profesionales de la salud, que garantizarán un manejo profesional y cuidadoso, que te permita llevar un tratamiento saludable y efectivo para tus problemas de peso.

En CIGEO contamos con un grupo idóneo de profesionales de diferentes disciplinas (cirugía, gastroenterología, medicina interna, nutrición, psiquiatría, psicología, terapia física) que evaluarán tu caso para establecer un manejo acorde a tu estado de salud. Contáctanos si quieres recibir más información o agenda tu cita.

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