La manga gástrica por laparoscopia es conocida también como manga gástrica laparoscópica vertical, sleeve gástrico, gastrectomía vertical, gastrectomía tubular o tubo gástrico.
Es una cirugía del tipo restrictivo, o sea que reduce drásticamente el tamaño del estómago, lo que limita de manera importante la ingesta de alimentos.
Adicionalmente, la resección de una porción significativa del estómago (generalmente el 80%) conlleva una reducción considerable de la secreción de ghrelina.
La ghrelina es una hormona gastrointestinal que actúa como un poderoso regulador de la alimentación, cuya producción es mayor antes de la hora de comida y va decreciendo una vez se ha ingerido alimento.
Este proceso fisiológico genera un menor consumo de energía, menor utilización de las grasas y mayor absorción de carbohidratos.
En estudios de seguimiento se demostró que la disminución en la producción de ghrelina no solo tiene un efecto benéfico en el peso corporal.
Se evidenció que también mejora las condiciones asociadas a la obesidad, como la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiaca.
Por norma general la manga gástrica por laparoscopia se reserva para pacientes que han utilizado, sin éxito, otros métodos menos invasivos para bajar de peso.
Estos incluyen dieta, ejercicio, terapias farmacológicas o balón intragástrico. Sin embargo, se considera una opción adecuada en los siguientes casos:
Teniendo en cuenta que la manga gástrica por laparoscopia es una cirugía de tipo restrictivo, quienes más se beneficiarán de este procedimiento son aquellas personas que ingieren una abundante cantidad de alimentos o “grandes comedores”.
Por ello el paciente debe ser consciente que una vez decida hacerse esta cirugía, el cambio en sus hábitos de alimentación debe ser drástico.
Para evitar la reganancia de peso deberá comer porciones pequeñas de alimento, con una rutina saludable de alimentación y ejercicio físico de manera permanente.
En términos generales la manga gástrica laparoscópica es un procedimiento que no tiene contraindicaciones.
Sin embargo, existen casos en los que condiciones físicas o mentales del paciente hacen que los riesgos sean mayores que los beneficios, por lo que debe buscarse otro método de reducción de peso.
Por esto quien opte por este procedimiento es valorado por nuestro equipo de profesionales que incluye, además del cirujano bariátrico, psiquiatra, internista, nutricionista y preparador físico.
Ellos solicitarán una serie de exámenes de valoración y determinarán si el paciente es apto para realizarse el procedimiento.
Previamente a la cirugía se iniciará un programa de cambio de hábitos de nutrición y actividad física supervisados estrechamente por el equipo de CIGEO.
Un par de días antes del procedimiento se ordenan restricciones en la comida, algunos tipos de bebida y se prescriben medicamentos para asegurar que el estómago llega limpio para el día de la cirugía.
La manga gástrica por laparoscopia se realiza bajo anestesia general. Esta técnica es mínimamente invasiva y requiere de 5 incisiones de aproximadamente 1 cm en el abdomen del paciente.
Por estas incisiones se introduce el instrumental quirúrgico (cámara, bisturí, pinzas, grapadora) necesario para la intervención.
El primer paso es liberar la curvatura mayor del estómago, quitando posibles adherencias para luego, utilizando la grapadora, recortarla en un 80% dejando el estómago con forma de tubo.
Las grapas se hacen en materiales biocompatibles, como el titanio, para evitar rechazos.
Una vez terminado el procedimiento de recorte, la parte sobrante se extrae y se retira el material quirúrgico, finalizando la intervención, que dura entre 1 y 2 horas.
Se requiere un control estricto de la evolución del paciente, por lo que la hospitalización dura entre 2 y 3 días.
Una vez que el paciente se ha dado de alta debe iniciar con una estricta dieta, comenzando por líquidos sin azúcar y sin gas durante la primera semana.
Posteriormente, y durante las 3 semanas siguientes, la dieta debe ser blanda hasta que el estómago está más recuperado para poder introducir alimentos.
Esta alimentación debe complementar el nuevo programa de nutrición saludable que deberá adoptarse de manera permanente.
En cuanto a la actividad física, esta debe ser limitada las primeras semanas, para progresivamente iniciar la nueva rutina de ejercicio.
En todo caso el equipo de CIGEO acompañará la evolución postoperatoria del paciente.
Debido a que el estómago pierde capacidad de absorber algunos nutrientes necesarios de los alimentos, es necesario suplirlos, tomando un multivitamínico 2 veces por día y un suplemento de calcio una vez al día.
Además debe aplicarse una inyección mensual de vitamina B-12. Es importante tener claro que la suplencia de estos elementos debe ser de por vida.
La recuperación es en la gran mayoría de los casos muy buena y rápida, por lo que el paciente puede reintegrarse a sus actividades de la vida diaria en pocas semanas.
En algunos casos aislados pueden presentarse sangrados, reacciones adversas a la anestesia, coágulos de sangre, infecciones o separación de alguna porción de la sutura.
Debido a estas posibles complicaciones es que el monitoreo constante del postoperatorio inmediato es fundamental.
Dependiendo de cada paciente, pueden presentarse algunas molestias en los 3 a 6 primeros meses posteriores a la cirugía.
Las más frecuentes son dolor generalizado, sensación de cansancio, sensación de frío, resequedad en la piel, piel seca, debilitamiento o caída del cabello y cambios en el estado de ánimo.
La manga gástrica por laparoscopia es un proceso irreversible, por lo que el paciente debe estar 100% seguro de que va a afrontar el nuevo estilo de vida que debe llevar posterior al procedimiento.
Es claro que un estómago más pequeño no es capaz de recibir las cantidades de comida que solían ingerirse antes de la manga.
Por esta razón las porciones deberán ser mucho más pequeñas. Así mismo, el estómago se hace más sensible a los alimentos poco procesados o poco masticados.
Esto hace necesario que, además de una alimentación más nutritiva, el proceso de masticación deba ser más largo.
Si el paciente no sigue las indicaciones del equipo, hay probabilidad de que el estómago recupere capacidad y no se dé la pérdida de peso esperada.
En algunos pacientes puede aparecer reflujo de ácido del estómago al esófago, lo que se denomina “reflujo de novo”.
Si el paciente sufre de reflujo antes de la cirugía sería importante tratarlo previamente, ya que el procedimiento lo puede empeorar. En caso de que se presente, se requerirá medicación por algún tiempo.
Por estas razones el equipo de profesionales de CIGEO acompañarán el proceso de pérdida y mantenimiento de peso.
Este proceso consiste en controles periódicos en donde se monitorizará la evolución del paciente y se solicitarán exámenes clínicos de control.
El periodo recomendado de acompañamiento para maximizar la posibilidad de resultados exitosos es 3 años.
La principal característica de la manga gástrica por laparoscopia es que permite que la pérdida de peso se dé por un largo plazo.
Lamentablemente no se puede hablar de cifras exactas. Los resultados dependen de cada paciente y del compromiso y seguimiento de los nuevos hábitos saludables.
Estudios de seguimiento muestran que se alcanzan porcentajes hasta de un 70% del peso inicial en un periodo de 2 años.
Esta pregunta es la más frecuente y la que más interesa a quienes consideran la posibilidad de un proceso bariátrico.
Lamentablemente la respuesta es SI. Como lo hemos consignado anteriormente, el éxito depende del compromiso del paciente al adoptar y mantener nuevos hábitos saludables de nutrición y actividad física.
La casuística mundial muestra que hasta un 40% de los pacientes pueden volver a subir de peso en los primeros 5 años, incluso por encima de los niveles que lo llevaron a la cirugía.
Es por esto que el compromiso del paciente unido al acompañamiento que ofrece CIGEO durante 3 años son fundamentales para poder reforzar hábitos y evitar la reganancia.